Mr. Bungle: Chemical Robots (1995-2021)
Por Sergio Pescador
1995. Disco Volante.
"Everyone I went to high school is dead", como en el gimnasio y las competencias, la función del arbitro es esencial: en un disco el productor es un mediador, un controlador y editor de lo que se exhibe, siendo este segundo lp auto producido es dejar la clínica mental en manos de los pacientes, esta intro es un collage sónico abstracto; "Chemical Marriage", combina la alquimia de
Killing Joke,
contiene partes extensas innecesarias e ideas incompletas, es alinear a los habitantes de la carpa circense, el verdadero Lunatic Parade (Exodus), los teclados son el lector de tarot que te embauca, la melodía de silbido es un payaso blandiendo un bat, la batería es tan monumental como los planetas de Holst el debut abarca 17 minutos mas que este, el cual dura una hora, que parecen dos, el mismo pecado de Iron Maiden o Metallica desde 1995, la interacción grupal empieza a fracturarse, las partes de thrash suenan grabadas bajo el cieno, son lo que le falto a Diabolos in Musica (Slayer);
"Carry stress in the jaw", los nombres crípticos expresan que la banda, que usan mascaras y caretas para ocultar sus identidades, no titubea al explayarse como le de la gana, el saxofón esta impregnado de free jazz, las susurradas voces son el acosador detrás tuyo en el cine vacío, la guitarra es explosiva, no teme escupir al rostro del death metal; "Desert search for Techno Allah", una vibra arábiga en las teclas, que muta en una banda sonora censurada de John Carpenter, las voces de encantador de serpientes aullando en soledad, los tambores de ceremonia pagana de Haiti, la parte techno es Portishead remezclado por Justin Broadrick (
Godflesh);
"Violenza Domestica", es un aletargado riff de
Candlemass adorando a lPalo Mayombe, los teclados emergen de un filme de suspenso explicito de
Mario Bava, con la improvisación vocal sobre acordeón e instrumentos orgánicos; "After school special", es un perturbador espectáculo de marionetas, no apto para infantes, los voces son una advertencia desafiante; "Phlegmatics", merece un cameo de Wendy O. Williams, las voces son un borroso reflejo de espejismo, la batería es una locomotora guiada por un decapitado, la guitarra esta enmarañada en el ultimo vagón, el interludio del medio oeste solo te recuerda que debiste abandonar el tren dos paradas antes;
"Ma meeshka Moz Skwoz", es la banda sonora de Nosferatu coloreada y estelarizada por Ernest, los efectos de audio sobre la guitarra de spaghetti western, te recuerdan revisan la caducidad de tu almuerzo, los intercambios entre saxofón y teclados son un amarre mal realizado, las voces son en un lenguaje de entidades cósmicas de
H.P. Lovecraft con una percusión de aves extintas;
"The bends", se edita el mismo año que el clásico de Radiohead, los teclados son señales hostiles del espacio exterior, imagina Umma Gumma (
Pink Floyd) interpretado por una orquesta de simios embriagados: los polirritmos en batería, es observar de cerca, la apertura del capullo de un xenomorph
"Backstroker", es una bossa nova hermosa, musicaliza una comedia ligera de los 60s, el solo de teclado es bailar alrededor de la fuente de Cibeles, para después extraviarte en una plaza obscurecida siendo atacado por cuervos;
"Platypus", pertenece al genero (
Godflesh) Monotremata, debió ser el tema principal de Phineas & Ferb, el tercer acto arranca de forma salvaje, los teclados representan cuando el devorador de fuego pretende realizar el truco de cortar a la dama con resultados nefastos; "Merry go Bye Bye ", demencia instrumental digna de (
King Crimson), es el tema principal de Scarface - The Musical, los festivos teclados contrapuestos con los riffs de thrash es conocer a
my little friend, las alegres voces se tornan susurros angustiosos, "Noises", es excavar en tu árbol genealógico y encontrar la razón de la venta de la propiedad derruida del abuelo en territorio de entes enterrados en Crawlspace (
Brutal Truth), este tema oculto es ver caer el telón, sobre tu cabeza.
1999.California.
Un álbum mas breve, conciso y satisfactorio que la cornucopia del anterior, aunque no sobrepasa al increíble debut - no dura 45 minutos, como (
System of a down) Toxicity, sin embargo expone 10 temas definitivos y maduros. Una declaración soberbia de quienes son, la apertura con
"Sweet Charity", presenta la contundencia del musical homónimo de 1969, Shirley MacClaine merece un cameo, la amalgama de guitarra surf, con big band de los 1940s es excepcional, el vocalista armoniza consigo mismo de forma impresionante; "None of them knew they were robots", exige una colaboración con
Daft Punk, los demenciales teclados retornan, la guitarra muta de Dick Dale a Scotty Moore a
Dimebag Darrell, el saxofón aturde como piquete de alacrán, un tema tan poco convencional como la exquisita prosa de ciencia ficción de
Ray Bradbury - ningún algoritmo tiene posibilidad de imitar este poderío;
"Retrovertigo", una balada a corazón desgarrado, comparte fibras sensibles con (Living Colour) Emptiness, la voz aprovecha toda la capacidad pulmonar, abarcando desde susurros hasta la grandeza de Tony Bennett, la música se contiene para explotar ese sentimiento intangible que expresa un autor desnudando su alma; "The air-conditioned nightmare", inicia con castañas y percusión de flamenco gallego, la asistencia con aplausos, los teclados son un toro tras inhalar yohimbina, musicalmente tan rica como (Primus) John the Fisherman, asemeja a un tema de The Archies interpretado por Happy Tree Friends, psicodelia pura debajo de guitarras de los 90s;
"Ars Moriendi", significa el arte de morir, no es el álbum de Death Angel, mas bien es una interpretación de jaripeo con un bailaor hispano en las pirámides de Egipto, las voces de exótico mercado, la guitarra funk con alopecia y esquizofrenia, el intermedio techno es admirar la alhambra a medianoche; "Pink Cigarette", es observar el humo que consume el costoso habano, dibujando caprichosos patrones etéreos, la seductora voz encarna una elegante balada, ¿Tiene la música color? Debería ser interpretada por Blackpink, Apink y Pink Fantasy con una coreografía con CereCere, la mente y elegancia detrás de The Amazoness Quartet, las mejores villanas de Sailor Moon 30th Anniv.;
"Golem II: The Vapour Boy", es la encarnación de la novela de Gustav Meyrink (1915), invocado por una poseída caja de música, propiedad de el capitán Elliot Spencer, la encarnación humana de Pinhead (Hellraiser), los teclados son una sinfonía de resortes rotos de un colchón infestado de ácaros;
"The holy filament", es una tétrica balada, el pulso aumenta, como una dama perseguida en el transporte subterráneo, las extensas voces se enredan como la daga se inserta a ella a manos del oculto atacante, el piano realiza piruetas, como sus desesperados gritos perdidos en ecos dentro de corredores vacíos;
"Vanity Fair", es lo que debería escucharse es los desfiles de modas patrocinados por la Biblia de la Moda, fundada en 1913, una oda a la belleza femenina, la guitarra bluesy con injertos de rock'n'roll de los 50s, una locura marítima digna del inédito lp de surf de Mark Snow (The X Files);
"Good bye somber day" es el gran final; la riqueza de sonidos, la burlesca guitarra, los deslizantes teclados, la seductora voz que a la vez te insulta e insinúa cosas pecaminosas, la sección media descarga canticos africanos inmemoriales - solo una canción sobrepasa los 4 minutos, sin embargo, todo el disco suena épico en contenido, experimentación y satisfacción al escuchar esa energía que se desata desde la niñez hasta la demencia senil, desde que éramos habitantes de las cavernas hasta el lujo y derroche económico actual, la música es belleza y si tu alma no la siente, ya estas muerto.
En 202o retornan con un disco y streaming en directo, conserva al vocalista original, Mike Patton y el bajosta Trevor Dunn, omitiendo al esencial Trey Spruance en guitarra, 
añadiendo a Scott Ian (Anthrax) y a Dave Lombardo (ex-Slayer) en batería, con un trio que es también parte de Fantomas, es una interpretación de su demo debut The Raging wrath of the Eastern Bunny,
con algunos covers de S.O.D. o Van Halen, videos oficiales y detrás de cámaras. siempre se recuerda la primera etapa como decisiva para bandas sedientas de romper barreras como System of a Down o Korn.
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